Ante un ritmo de consumo y producción insostenible, Naciones Unidas prioriza el uso racional de los recursos
Si la población mundial alcanza, como se pronostica, los 9.600 millones de personas para el año 2050, se necesitarían cerca de tres planetas Tierra que proporcionen los recursos naturales para mantener el estilo de vida actual de la humanidad. La voracidad con la que estamos consumiendo hizo que Naciones Unidas incluyera su uso racional en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
La meta número 12 busca “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles” en los países desarrollados y en vías de desarrollo. De esta manera, se insta a todos a reducir el desperdicio de alimentos - un tercio termina en la basura cada año -, a reformular los subsidios a los combustibles fósiles y a disminuir la cantidad de residuos lanzados al medio ambiente sin tratamiento, entre otras tareas urgentes.
América Latina y el Caribe tienen retos importantes para hacer frente a estas demandas. La región desperdicia el 15% de los alimentos que produce. Logró disminuir del 1% al 0,68% el porcentaje del PIB en subsidios a los combustibles fósiles entre 2013 y 2015, pero algunos países todavía dedican alrededor del 10% del PIB a ellos. Por último, cada latinoamericano genera hasta 14 kilos de residuos por día, de los cuales el 90% podría ser reciclado o convertido en combustible, si se separa desde el principio.
Pero lograr el ODS 12 es posible, según Naciones Unidas, si se alcanzan estas metas:
Reducir a la mitad los residuos mundiales de alimentos per cápita en las ventas al por menor
Se estima que cada año alrededor de un tercio de los alimentos producidos - equivalente a 1.300 millones de toneladas, por valor aproximado de 1.000 millones de dólares - se pudren en manos de los consumidores o minoristas, o se pierden debido a métodos ineficientes de recolección y transporte. La degradación y la pérdida de fertilidad del suelo, el uso no sostenible del agua y la sobrepesca están reduciendo la cantidad de recursos naturales disponibles para la producción de alimentos. Por lo tanto, es esencial no sólo pensar en formas de preservar y recuperar estos recursos, sino también disminuir los residuos para alimentar a los 8.300 millones de personas que se espera pueblen el planeta para el año 2030.
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